Vox compara a Ximo Puig con Zapatero por utilizar el valenciano para provocar confrontación
Vox ha rechazado hoy la imposición del valenciano en la Función Pública que ya es una realidad después del acuerdo alcanzado por las consejeras de Justicia Gabriela Bravo y Educación Raquel Tamarit del Gobierno valenciano que preside el socialista Ximo Puig, y que de facto supone la obligación de cumplir con el requisito lingüístico del valenciano para ostentar plaza en la función pública de la Autonomía.
El portavoz adjunto del Grupo Parlamentario de Vox en las Cortes Valencianas José María Llanos ha criticado que «no importan las capacidades ni la excelencia ni el conocimiento. Lo único que les importa es es tener el C1 del valenciano normalizado, que es catalán». Llanos ha explicado que el valenciano «es riqueza» y «no un arma política y de confrontación». Para agregar que «parece que Ximo Puig es buen alumno de Zapatero cuando hablaba de aquella crispación para beneficiarse políticamente».
Apenas unos días después de que los médicos valencianos clamasen contra la Sanidad de Ximo Puig por valorar el triple el grado de conocimiento del valenciano que una tesis doctoral, el escándalo de la obligatoriedad del valenciano en la Función Pública vuelve a sacudir los cimientos de la política en este territorio.
Y ello, además, en pleno escándalo por las oposiciones de Enfermería de la Sanidad valenciana, que han generado no sólo la protesta sindical, sino también la de los colegios profesionales y la de los mismos opositores a través de las redes sociales. Todo un un escándalo en la recta final hacia las próximas elecciones autonómicas para las que apenas restan 6 meses.
Hoy, ha sido Vox la formación política que se ha posicionado en contra de esa imposición del valenciano a los funcionarios. La ha rechazado de plano, porque considera que no se puede priorizar la lengua sobre otras cuestiones capitales como las capacidades, la excelencia y el conocimiento.